John Locke
(1632-1704).
- Biografía y contextos del autor y su
obra.
John Locke nació en Bristol en
1632. Pocos años después, los enfrentamientos entre rey y Parlamento en
Inglaterra (dos revoluciones) desembocarán en una larga y cruenta guerra civil
que concluirá en 1648. El resultado fue la derogación de la monarquía y la
proclamación de la Republica, en 1649, tras la decisión de O. Cromwell de
ejecutar a Carlos I y de proclamarse Lord Protector de Inglaterra, Escocia e
Irlanda.
La República se debilitó al mismo
ritmo que la salud de su protagonista. Dos años más tarde fallecía el Lord
Protector y su sistema político se extinguiría con él. En 1660 Carlos II recuperó
el trono inglés y, en 1685, le sucedió su hijo, Jaime II, que incurrió en los
mismos errores que su antecesor al no valorar el poder económico que la
burguesía floreciente había adquirido. Durante su reinado se intensificaron las
diferencias entre los defensores de los derechos de los burgueses,
parlamentarios, y los defensores del absolutismo.
Estas tendencias crecieron en
intensidad y virulencia, hasta que en 1688 la inestabilidad política obligó a
Jaime II a partir hacia el exilio y el Parlamento recurrió al príncipe
protestante Guillermo de Orange, esposo de María, hija de Jaime II. Su llegada
al poder se conoce con el nombre de “revolución Gloriosa” y supuso el fin del
absolutismo con la implantación de una nueva forma de gobierno denominada “monarquía
parlamentaria”; germen de la actual configuración política, basada en la
división de poderes y la defensa de los derechos individuales, con la
consiguiente supresión de los privilegios estamentales.
La vida de John Locke discurrió
entrelazada con los hechos descritos. Estudió en la Universidad de Oxford,
donde recibió una formación escolástica poco ortodoxa de la que, sin embargo,
se sintió defraudado tras sus primeras lecturas de Bacon y Descartes. Esto le
inculcó el deseo de sistematizar una nueva filosofía alejada de presupuestos
escolásticos. Locke, erudito y mente preclara, completó sus estudios con un
acercamiento profundo a la medicina, la química y la física. En 1659, se
incorporó al claustro de Oxford para enseñar letras clásicas, retórica y moral.
En 1674 obtuvo la licenciatura de medicina, si bien ejerció la profesión sólo
de manera intermitente, ya que participó de manera activa en la vida política
de su época. Fue secretario personal de Lord Shaftesbury, canciller de
Inglaterra. En 1683, tras la caída en desgracia de Lord Shaftesbury, Locke se
exilió a las Provincias Unidas.
Durante su estancia en las
Provincias Unidas, en 1685, Locke publicó su “Carta sobre la Tolerancia”;
defensa minuciosa de la necesaria separación entre el poder civil y el
eclesiástico, así como del derecho de cada persona a ejercer su libertad de
conciencia en cuestiones religiosas.
Locke no regresó a Inglaterra
hasta 1688, año de la “Revolución Gloriosa”, para convertirse en defensor teórico
del nuevo modelo de gobierno con su obra “Dos tratados sobre el gobierno
civil”, donde se fundamenta la inviolabilidad de los derechos individuales.
Su delicada salud le impidió
aceptar más responsabilidades políticas, pese a los ofrecimientos recibidos.
Retirado de la vida pública, falleció en 1704 en Essex.
- El sensilismo.
2.1. Vs.
Ideas innatas.
La primera tarea que emprendió
Locke en su obra “Ensayo sobre el entendimiento humano” fue la de refutar la
existencia de ideas innatas en la mente. Los empiristas coincidirían con los
racionalistas en la tesis que sostiene que el objeto del conocimiento no son
las cosas, sino las ideas que tenemos sobre ellas. Por tanto, es necesario
dilucidar cuál es el origen de esas ideas. Pero estas no pueden ser innatas,
como el propio Locke, utlizando argumentos sencillos, explica en su
“Ensayo...”.
Locke analiza dos principios
clásicos de la metafísica, el “principio de identidad” y el “principio de no
contradicción”, para refutar la tesis racionalista de la existencia de ideas
innatas. Hay personas (Locke designará como ejemplos a los niños y a los
idiotas, pero sin ánimo peyorativo) que no poseen ideas innatas. Esto implica
que esas personas no poseen tales ideas impresas en su mente, de ninguna forma,
con lo cual no pueden ser innatas.
Así, la mente inicialmente no es
más que un papel en blanco, vacio de ideas. ¿Cómo se llena este papel en
blanco? Mediante la experiencia; es en la experiencia del mundo donde se
fundamenta el conocimiento y de donde todo se deriva en último término. Esta
teoría se conoce con el nombre de “sensilismo”.
Locke distingue dos fuentes con
las que la experiencia abastece de ideas al entendimiento; sensación y
reflexión.
-
La
sensación es la principal fuente de ideas que posee el entendimiento.
Sensaciones serían todas aquellas ideas que proceden de los datos suministrados
por los sentidos. Así, siguiendo el hilo conductor propuesto por el mismo
Locke, tenemos ideas como rojo, amargo, frío, etc.
-
La
reflexión constituye la percepción de las operaciones de nuestra mente dentro
de nosotros aplicada a las ideas que alcanza por los sentidos. Así, por
ejemplo, serían reflexión el pensar, el desear, el razonar, etc. Estas
operaciones se representarían como sensaciones internas.
Sensación y reflexión
proporcionan a la mente su material de trabajo, que no sería otro que las
ideas. Locke denominará estas ideas como “ideas simples”.
2.2. Ideas
simples e ideas complejas.
Si bien la mente se presenta de
forma totalmente pasiva en la recepción de las llamadas ideas simples, es capaz
de elaborar activamente un nuevo material, las “ideas complejas”, a partir de
la combinación, unión y separación de distintas ideas simples.
Por tanto, incluso las ideas más
abstractas que la mente pueda poseer no son sino meras operaciones realizadas
sobre las ideas simples.
Locke clasifica las ideas
complejas en tres grupos: modos, sustancias y relaciones.
Al hilo de todo esto debe
explicarse qué entiende Locke por conocimiento y qué alcance puede tener este. Partiremos
de un texto de Locke y seguiremos con un ejemplo…
Texto:
“Puesto que la mente en todos sus
pensamientos y razonamientos no tiene otros objetos inmediatos sino sus propias
ideas, que son la única cosa que contempla o puede contemplar, es evidente que
nuestro conocimiento sólo versa acerca de ideas. El conocimiento, pues, me
parece que no es otra cosa que la percepción de la conexión y concordancia o no
concordancia y repugnancia de algunas de nuestras ideas. Sólo consiste en esto.
Donde existe esta percepción, existe conocimiento; y donde no la hay, aunque
podamos imaginar, adivinar o crear, sin embargo, no alcanzamos conocimiento”.
Ejemplo:
Observamos una mesa. Mediante la
sensación, se elabora en mi mente la idea de mesa. Esta idea de mesa contendrá
nociones referidas a su extensión, figura, forma… son las “cualidades
primarias” de esta mesa. También contendrá nociones referidas a su color,
rugosidad, olor, etc.; “cualidades secundarias” de la mesa. Estas últimas son,
para Locke, meramente subjetivas.
Las cualidades primarias son
objetivas y, por tanto, tienen que darse en algún sustrato que les sirva de
base. Ese sustrato lo constituirá la substancia, pero esta no es más que algo
impreciso e incognoscible.
2.3. La
substancia.
La expresión utilizada por Locke
para definir la substancia es muy clara. Se refiere a ella como un “no sé qué”.
La mente humana supone ese substrato, pero no puede dar explicación de él.
En definitiva, Locke no niega la
existencia de la substancia, pero advierte que no puede decirse nada sobre
ella. La substancia pasaría así a convertirse en una categoría de la
conciencia. Gracias a esta presencia todos podemos decir, por ejemplo; “mesa”.
A partir de todo lo anterior,
Locke distinguiría tres tipos de substancias: la corpórea, el alma y Dios.
Como veremos más adelante, la
crítica de la substancia así concebida llevará a D. Hume al escepticismo. Pero
antes de ello, cabe preguntar a Locke…: ¿cómo pueden concordar unas ideas con
otras? Pues, si el conocimiento consiste en esta concordancia o no
concordancia, se hace necesario aclarar esta cuestión.
2.4. Tipos
de conocimiento según Locke.
-
Si esta
concordancia o falta de concordancia es percibida por la mente de manera
inmediata, estaríamos ante lo que Locke denomina “conocimiento intuitivo”; el
más claro y seguro que puede alcanzar la mente humana, ya que no precisa de
ninguna mediación.
-
Si se
utilizan otras ideas como mediadoras para establecer dicha concordancia o falta
de concordancia, nos encontramos ante lo que Locke llama un “conocimiento
demostrativo”. Así proceden, por ejemplo, las matemáticas, y así debe
demostrarse la existencia de Dios, por medio del principio de causalidad.
-
Finalmente,
Locke distingue un tercer tipo de conocimiento; el “conocimiento sensitivo”.
Este haría referencia a la existencia de objetos particulares exteriores al
sujeto que conoce. Paradójicamente, este tipo de conocimiento sería el más
imperfecto.
El mismo Locke pone como ejemplo
de lo anterior la diferente percepción (conocimiento) que una persona puede
tener del Sol si es de día o de noche. Así, en cierta medida, Locke contradice
su propia propuesta empirista, ya que las cosas exteriores serían la causa de
nuestras sensaciones y, por lo tanto, las ideas no constituirían el límite de
nuestro conocimiento.
No obstante, Locke reafirmaría la
imposibilidad de llevar nuestro conocimiento más allá de las ideas, saliendo
así al paso de esta posible incongruencia, y afirmará que sólo podemos conocer
la existencia de las cosas y no su naturaleza interna.
Pero todavía podría hacerse otra
objeción más a las tesis de Locke… ¿Cómo es posible asegurar esa conformidad si
la mente sólo conoce ideas? ¿No supone esa conformidad un “salirse fuera” de
esas ideas que, se supone, constituyen el único material con que contamos?
Locke sostendría que las ideas
simples no ofrecen ningún problema, pues no pueden producirse por una actividad
propia de la mente y, por tanto, no son más que el producto de las cosas
externas.
A su vez, las ideas complejas
tampoco ofrecen dificultad, pues si bien son operaciones de la mente, tienen
como base esas ideas simples y, por tanto, el problema de la conformidad carece
de importancia. Todo lo que queda fuera de estos tipos de conocimiento no será
más que una mera probabilidad.
- El contractualismo de Hobbes y Locke.
3.1. El
Contractualismo.
En la Inglaterra de la época se
empezó a concebir la idea de un poder político como construcción humana y no
como prolongación del poder divino encarnado en el monarca. Surgió lo que se
conoce como “contractualismo social”.
El contrato social supone la
legitimación del Estado, que debe subordinarse al pacto que, para tal fin,
subscriben los ciudadanos. Durante la época de Locke, no se había planteado
todavía la posibilidad de poner en práctica dicho contrato entre Estado y
súbditos, sólo se presentaba como un ejercicio especulativo para demostrar que
el Estado no es más que el resultado convencional de un acuerdo. Los individuos,
conscientes de que la vida en sociedad necesita un orden que la regule,
otorgarían al Estado la posibilidad de legislar y hacer cumplir lo legislado.
Pues bien, en este marco se
inscribe la teoría política de Locke, para cuya comprensión adecuada es
conveniente exponer, anteriormente, las tesis defendidas por Thomas Hobbes
(1588-1679), primer autor en defender la génesis del poder político como
resultado de la voluntad y el acuerdo de los hombres en su obra “Leviatán”.
3.2. El
influjo del pensamiento de Hobbes.
Hobbes describe la situación
anterior a ese pacto o contrato social en el denominado “estado de naturaleza”.
En ese hipotético estado de
naturaleza, los hombres vivirían en una absoluta igualdad y libertad. Hobbes
considera que, de forma genérica, todos los seres humanos son iguales y
propensos al egoísmo. Por tanto, ese estado de naturaleza resulta inviable,
dado que en él el hombre se convierte en un lobo para el hombre, impidiéndose
la convivencia pacífica. En el estado de naturaleza domina el miedo de unos
hacia otros, y esto hace necesaria la existencia de un pacto que limite las
libertades personales y, en definitiva, haga posible la vida. La necesidad de
pactar surge de manera voluntaria y da lugar a lo que se conoce como Estado.
Éste, por tanto, ni tiene origen divino ni surge de una natural inclinación del
ser humano a vivir en sociedad, como sostenían los autores griegos y
medievales.
Hobbes se presenta así como
defensor del absolutismo regio, ya que una de las primeras consecuencias de su
teoría del pacto social es la aparición de una figura política, el Leviatán,
que concentra el poder cedido por todos. Dada la condición egoísta del ser
humano, esta figura detentaría el poder absoluto, pues sólo este posibilitaría
el mantenimiento de cierta convivencia en paz y prosperidad.
Locke, como Hobbes, defenderá que
la sociedad es resultado de un pacto. Pero su visión de la naturaleza humana es
un tanto más positiva, de tal forma que abogará por un sistema político
distinto al defendido por Hobbes.
3.3. La
legitimación del liberalismo político.
Locke nos hace imaginar al ser
humano en un estado presocial o estado de naturaleza, viviendo en completa
libertad e igualdad y en posesión de dos derechos naturales: el derecho a la
propiedad privada y el derecho a castigar.
Aunque, en principio, parezca que
el estado de naturaleza descrito por Locke es un estado idílico del hombre,
pronto se descubren sus limitaciones. En esa forma de organización presocial,
sin leyes concretas ni alguien que imparta justicia ante posibles atropellos,
la vida degenera en un estado de guerra, que no sería permanente, pues los
hombres recapacitarían e intentarían buscar soluciones… Esto sería impensable
para Hobbes, quien sostiene que el hombre es un lobo para el hombre. La
solución será, pues, el pacto, por el que cada uno cede el derechos de castigar a un poder legítimo, reservándose
para sí el derecho a la propiedad privada.
Locke delimita la noción de ley
natural y se desmarca del significado que se le atribuía en la escolástica. De
acuerdo con Locke, esta ley no se encuentra inscrita en el corazón de los
hombres, pues no hay ningún tipo de idea innata, y estas (las ideas) sólo
pueden ser conocidas mediante la experiencia empírica. La ley natural coincide
con los dictados de la razón y no se supedita, como sostenía Hobbes, al mero
instinto de conservación o supervivencia, sino a todos aquellos aspectos que
hagan que la convivencia sea pacífica. Esta ley natural constituye así, la base
de la futura vida en sociedad y no debe anularse, como defendiera Hobbes, toda
vez realizado el pacto social. La libertad individual y el derecho a la
propiedad serán reflejo de esa ley natural.
Con todo, Locke está legitimando
un sistema político en amparo del liberalismo y la defensa de los derechos
individuales. Es necesario evitar el absolutismo y, para impedir cualquier
posibilidad de corrupción y de degeneración, propugna una división de poderes.
Locke es considerado así, el
padre del liberalismo político moderno:
-
Propone,
en cierta medida, una soberanía que emana del pueblo y otorga al Estado el
deber de hacer respetar los derechos de los ciudadanos, la libertad y la
propiedad.
-
Anticipa
la división de poderes enunciada más tarde por Montesquieu. El rey también
quedará sometido a estos poderes.
-
Atribuye
al Estado la función de actuar como árbitro en las distintas controversias que
surjan en el seno de una sociedad de individuos libres, respetar la pluralidad
de opiniones y fomentar la tolerancia. En ella se inscribe la separación e
independencia entre Iglesia y Estado. La libertad religiosa quedará enmarcada
en el respeto del Estado a los diferentes credos religiosos.
CUESTIONES.
1. Elabora un eje cronológico que recoja los principales hechos históricos sucedidos en Gran Bretaña, los principales acontecimientos de la vida de Locke y las fechas de publicación de sus obras más importantes.
2. ¿En qué coinciden inicialmente racionalistas y empiristas con respecto al conocimiento?
3. Si no hay ideas innatas, ¿cómo puede la mente humana estructurar los datos que recibe de la experiencia empírica?
4. ¿Qué ocurriría con una persona que fuera ciega, sorda y muda según Locke? ¿Podría conocer?
5. Depende la reflexión de la sensación? ¿Es posible la reflexión sin esa dependencia?
6. ¿Qué es la substancia para Locke? ¿Es nominalista su postura?
7. ¿Qué diferencia el estado de naturaleza propuesto por Hobbes del propuesto por Locke?
8. ¿Es real ese estado de naturaleza? ¿Qué es entonces?
9. Diferencia "ley natural" según las tesis de Locke y la definición propuesta por la escolástica.
2. ¿En qué coinciden inicialmente racionalistas y empiristas con respecto al conocimiento?
3. Si no hay ideas innatas, ¿cómo puede la mente humana estructurar los datos que recibe de la experiencia empírica?
4. ¿Qué ocurriría con una persona que fuera ciega, sorda y muda según Locke? ¿Podría conocer?
5. Depende la reflexión de la sensación? ¿Es posible la reflexión sin esa dependencia?
6. ¿Qué es la substancia para Locke? ¿Es nominalista su postura?
7. ¿Qué diferencia el estado de naturaleza propuesto por Hobbes del propuesto por Locke?
8. ¿Es real ese estado de naturaleza? ¿Qué es entonces?
9. Diferencia "ley natural" según las tesis de Locke y la definición propuesta por la escolástica.
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