"Parece propio del hombre prudente el poder discurrir bien sobre lo que es bueno y conveniente para él mismo, no en un sentido parcial, por ejemplo, para su salud o fuerza, sino para vivir bien en general." (Aristóteles, Ética a Nicómaco, Libro VI, Cap. 5)

viernes, 25 de noviembre de 2016

COMENTARIO DE TEXTO SAN AGUSTÍN + CONTEXTOS SANTO TOMÁS

Aquí tenéis la segunda propuesta de comentario de San Agustín y los contextos de Santo Tomás.
Qué aproveche!!!



TEXTO
Fijad la atención en la sencillez de la doctrina católica. Esta distingue el bien que es sumo y por sí mismo del bien que es por participación. El bien participado lo recibe del sumo bien que nada pierde ni en nada cambia al participarlo. Este bien por participación es la criatura, sujeto único capaz de defectos, de los que no puede ser Dios su autor, pues lo es de la existencia y, por decirlo así, de la esencia. Notemos esta palabra, pues ella sola nos da la clave del enigma del mal; pues, lejos de ser una esencia, es con toda verdad una privación e implica, por tanto, una naturaleza a la que se puede dañar.

San Agustín de Hipona. “De las costumbres de los maniqueos”. 
CUESTIONES
1.
a. Expón las ideas fundamentales del texto y/o razona el tema del que se trata.
b. Expón la estructura argumentativa del texto (relación entre ideas).
2.
a. Explica el tratamiento de la cuestión de Dios (metafísica) en San Agustín. 
b. Desarrolla sistemáticamente las principales líneas del pensamiento de este autor.

      Biografía y contextos del autor y su obra.

Santo Tomás de Aquino nació en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, en el año 1225, en el seno de una numerosa y noble familia italiana. Su padre, Landolfo, descendiente a su vez de los condes de Aquino, estaba emparentado con el emperador Federico II. Su madre, Teodora, era hija de los condes de Taete y Chieti. Recibió Tomás su primera educación, a partir de los cinco años, en la abadía de Montecasino, de la que era abad su tío, permaneciendo en el monasterio hasta 1239, cuando el emperador Federico II decretó la expulsión de los monjes. Allí realizó los estudios ordinarios de gramática, latín, música, moral y religión.
A finales de 1239 se dirigió a la universidad de Nápoles para continuar sus estudios, permaneciendo en dicha ciudad hasta 1244, año en que, sintiéndose atraído por la vida de los frailes dominicos que había conocido en un convento de Nápoles, ingresó en la orden como novicio. La decisión no fue del agrado de su familia, que hubiera preferido que Sto. Tomás sucediera a su tío al frente de la abadía de Montecasino. Enterada de que Sto. Tomás se iba a dirigir a Bolonia para participar en un capítulo general de la orden, y que posteriormente sería enviado a París para continuar sus estudios, fue raptado por sus hermanos y retenido por ellos durante más de un año en el castillo de Roccasecca, con la intención de disuadirlo de su ingreso definitivo en la orden, cosa que no consiguieron dejándole, finalmente, cumplir su voluntad. Se dirigió posteriormente a París, probablemente en el verano de 1245.
En París permaneció hasta 1248, como estudiante, ganándose rápidamente la confianza de San Alberto Magno quien se sintió atraído por las grandes posibilidades intelectuales de su discípulo. En 1248 se dirigió a Colonia, con San Alberto, quien iba a fundar una casa de estudios para la orden.
En Colonia permaneció con él hasta 1252, regresando a París para continuar sus estudios, recibiendo su licenciatura (licencia para enseñar en la Facultad de Teología) en 1256, siendo nombrado Magister ese mismo año, ocupando su cátedra hasta el 1259.
En 1259 se trasladó a Italia, donde permaneció hasta 1268, con el encargo de enseñar teología en la Corte pontificia. A lo largo de estos años residió en varias ciudades italianas, como Anagni, Orvieto, Roma y Viterbo, siendo invitado a dar conferencias en las universidades de Nápoles y Bolonia. En esta época conoce, entre otros personajes ilustres, a Guillermo de Moerbeke, el famoso traductor de las obras de Aristóteles, quien puso a su disposición varias de sus traducciones, entre ellas algunas que se encontraban prohibidas en la época (“De Anima”, “De Sensu et Sensato” y “De Memoria et Reminiscentia”) y que Sto. Tomás comentará, junto con otras obras de Aristóteles como la Física y la Metafísica.
En 1268 regresa a París, impartiendo su magisterio hasta 1272, en medio de numerosas polémicas provocadas tanto por los ataques contra y entre las órdenes religiosas, como por las controversias suscitadas por los averroistas latinos, quienes, encabezados por Siger de Brabante, habían copado la facultad de Artes (filosofía) modificando sustancialmente las enseñanzas aristotélicas que San Alberto y el mismo Sto. Tomás habían anteriormente introducido en dicho facultad.
Después de una polémica actividad regresa a Nápoles el año 1272, con el encargo de establecer una casa de estudios (“studium generale”), donde abandona totalmente su actividad docente y de autor, encontrándose frecuentemente arrebatado por experiencias místicas que le absorben por completo. Permanecerá allí hasta 1274, muriendo en el transcurso del viaje iniciado ese año para dirigirse de Nápoles a Lyon, donde iba a celebrarse un concilio convocado por el papa Gregorio X.

Contexto histórico.
Como acontecimientos históricos más relevantes podemos  destacar:
-          En primer lugar la lucha entre el imperio y el papado. Este problema consiste en determinar si el poder político ha de subordinarse al religioso o viceversa. un problema que se viene arrastrando durante toda la Edad Media, desde que el Papa Gelasio (+496) afirmase el agustinismo político (sometimiento del poder político al religioso) y que en el siglo XI originó la guerra de las investiduras, cuando el Papa Gregorio VII afirmó que “la dignidad sacerdotal está por encima de la dignidad real”. Pues bien, en el siglo XIII Los Papas Inocencio III y Bonifacio IV asumen la “teoría de las dos espadas” de Bernardo de Claraval: “La espada espiritual y la espada material pertenecen a la Iglesia; pero ésta debe empuñarse para la Iglesia, y aquella por la Iglesia; una está en manos del sacerdote; la otra, en manos del soldado, pero a las órdenes del sacerdote y bajo el mando del emperador”; proclamando la superioridad del Papa sobre el emperador; ello suponía que solamente el Papa puede nombrar y deponer a los obispos e incluso a los reyes.
La postura de Santo Tomás ante este problema parte de reconocer la independencia del poder político, pero esa independencia no es absoluta ya que la finalidad del poder político, el bien común-social, ha de subordinarse al objetivo último de todo ser humano: la contemplación de Dios.
-          En segundo lugar las herejías de cátaros y albigenses que rechazan la jerarquía eclesiástica, la divinidad de Cristo, los sacramentos, y arrastraban a grandes masas creando problemas de desorden social. Precisamente los dominicos, orden a la que pertenecía Santo Tomás, fueron fundados en un principio para luchar contra esta herejía. Así lo hizo Santo Tomás con el intelecto, al defender la estructura jerárquica de la Iglesia como algo natural, y el dogma de la Santísima Trinidad como una verdad suprarracional que no irracional.
-          En tercer lugar la sociedad estamental. De la filosofía de Santo Tomás se desprende una justificación de la sociedad estamental, ya que en la sociedad, al igual que en la naturaleza, hay un orden jerárquico querido por Dios. Dentro de la sociedad hay diversas funciones que desarrollan las personas según sus capacidades naturales. Hay, pues, una desigualdad natural de los hombres que determinará el lugar que ocupe en la sociedad y los derechos que le correspondan. Esta idea es fiel reflejo de la estructura social medieval, una estructura jerarquizada en estamentos, cada uno de los cuales tendría una función propia y todas ellas estarían en armonía con el fin social último: el bien común.

Contexto socio-cultural.
-          En este punto hay que destacar la aparición de las universidades que surgen a partir de la evolución natural de las escuelas catedralícias. Es precisamente en las Universidades donde las principales corrientes filosóficas: agustinismo, aristotelismo averroísta y tomismo enfrentan y dirimen sus ideas sobre los asuntos políticos teológicos y filosóficos del momento
-          Otro hecho importante es la recepción de las traducciones de los filósofos griegos interpretados por los árabes y judíos. Esto permitió el conocimiento de la filosofía de Aristóteles, primero a través de los árabes (Averroes) y después directamente del griego.
-          Durante el siglo XIII aparecen también las órdenes mendicantes (dominicos y franciscanos), que pronto se convertirán en los más famosos maestros del momento, ocupando las principales cátedras de las Universidades.
-          Finalmente, en esta época el gótico alcanza su momento de esplendor con la construcción de las catedrales de Milán, Colonia, Burgos, Toledo y León.

Contexto filosófico.
Tres corrientes filosóficas fueron las que dominaron la época: el agustinismo, el aristotelismo averroísta y el tomismo (aristotelismo tomista).
-       El agustinismo era la filosofía inspirada en San Agustín y fomentada por los franciscanos para hacer frente al aristotelismo averroísta. San Buenaventura es el representante más destacado de esta filosofía que defendía las siguientes tesis:
·         Conocimiento por iluminación divina. Es necesaria la ayuda de Dios para conocer la verdad, que no es otra que el propio Dios.
·         No distinción entre fe y razón. Ambas colaboran en el esclarecimiento de la verdad, la razón sirve a la fe y la fe ilumina a la razón. La razón sola, sin fe, no puede alcanzar la verdad (Dios).
·         Prioridad de la voluntad sobre el entendimiento, del bien sobre la verdad, del amor sobre el conocimiento, de la intuición sobre el método racional. Estas ideas influirán en el protestantismo.
·         Dualismo antropológico. Alma y cuerpo son dos sustancias distintas e independientes.
-       El aristotelismo averroísta era la versión de Aristóteles transmitida por Averroes. Siger de Brabante fue el representante más destacado de esta filosofía cuyas tesis principales son:
·         La eternidad del mundo, lo que implica, negar la creación.
·         La negación de la inmortalidad del alma individual.
·         Negación de la distinción entre esencia y existencia en las criaturas; distinción defendida por Santo Tomás de Aquino para diferenciar a Dios de las criaturas.
·         Teoría de la doble verdad. Una misma afirmación puede ser verdad teológica (“el alma es inmortal”) y su contraria puede ser verdad filosófica (“el alma es mortal”). La finalidad de esta teoría era mantener cierta autonomía de la razón frente a la hegemonía de la religión, pero la consecuencia fue la ruptura de la armonía que entre la razón y la fe había prevalecido desde San Agustín.
-       El aristotelismo tomista es la síntesis que Santo Tomás hizo de Aristóteles. Esta filosofía habría de competir con el agustinismo, filosofía predominante hasta entonces, y con el aristotelismo averroísta, filosofía rechazada por la autoridad religiosa. El aristotelismo tomista irrumpe en la universidad de París y acabara sustituyendo al agustinismo y marginando al averroísmo.
·         A diferencia del agustinimo, el tomismo admite la distinción entre razón y fe ya que cada una tiene su campo de acción (la razón, lo natural; la filosofía, lo sobrenatural); también que la razón por sí misma puede conocer determinadas verdades religiosas (“la existencia y unidad de Dios”), aunque haya otras “suprarracionales” (“Dios es uno y trino”) que sólo pueden conocerse mediante la revelación divina. Asimismo, se opone al agustinismo al defender la primacía de la verdad y la razón sobre el bien y la voluntad.
·         A diferencia del aristotelismo averroísta, el tomismo defiende la creación del mundo, la inmortalidad del alma individual, la cual es única (no se compone de partes como pensaba el agustinismo), dotada de entendimiento y voluntad y creada directamente por Dios; la distinción real entre esencia y existencia en las criaturas, y rechaza la teoría de la doble verdad. Según Santo Tomás no pueden ser verdaderas dos afirmaciones contradictorias. La verdad es una y está en Dios, de forma que cuando hay contradicción entre la fe y la razón, hay que revisar los argumentos de la razón a la luz de la fe, pudiendo ocurrir que: a) el método racional haya sido mal aplicado, puesto que ha llegado a afirmaciones falsas; en este caso el error estaría en el filósofo no en la filosofía, b) que ha entrado en un campo reservado a la teología en el que no es posible el argumento racional.


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