"Parece propio del hombre prudente el poder discurrir bien sobre lo que es bueno y conveniente para él mismo, no en un sentido parcial, por ejemplo, para su salud o fuerza, sino para vivir bien en general." (Aristóteles, Ética a Nicómaco, Libro VI, Cap. 5)

domingo, 13 de enero de 2013

TIPOS DE TEXTOS I

TIPOS DE TEXTO POR AUTORES
A lo largo de la historia, los filósofos han empleado distintos géneros para expresar sus ideas; han compuesto literariamente sus textos de formas muy variadas.
Así es, los propios filósofos (aunque en ocasiones sin apenas apreciarlo) han buscado el cauce lingüístico y literario adecuado a la expresión de sus ideas, e, incluso cuando no lo han encontrado, han compuesto uno nuevo. Por ello es muy importante que, cuando se aborde el comentario de un texto filosófico, se determine el género en el que está escrito. Piensa que leer un texto filosófico sin tener en cuenta su género supone una dificultad para su comprensión.
¿Qué tipos de texto son los de los autores que tenemos que leer y comentar? ¿Qué valor reviste cada uno de ellos en o para la filosofía del autor correspondiente?

PLATÓN (“Fedón”)
Escrito en forma de diálogo.
El diálogo consiste en un conjunto de afirmaciones, opiniones y argumentos entre varios personajes, que representa la relación oral; el diálogo intenta reproducir un desarrollo argumentativo próximo a la vida cotidiana y emplea recursos de la argumentación coloquial.
Dos son las principales cualidades del diálogo:
-          La primera de ellas es que se trata de un género muy didáctico; idóneo para la divulgación y transmisión del conocimiento y para la aspiración conjunta a la verdad.
-          La segunda cualidad es que ofrece la posibilidad de plantear cuestiones sin necesidad de dejarlas resueltas; el diálogo es un género con posibilidades de quedar abierto.
En efecto, el diálogo como género filosófico está asociado a la consideración de que la verdad se halla en el acuerdo entre distintas personas. Precisamente por esto, el origen del diálogo filosófico en Platón se relaciona directamente con su concepción de que la enseñanza filosófica sólo es posible en la relación personal, siguiendo el modelo mayéutico de su maestro Sócrates.

ARISTÓTELES (“Ética a Nicómaco”; “Política”)
Escritos en forma de tratado.
Las obras que conocemos como tratados son escritos procedentes, lo más probablemente, de las enseñanzas orales de Aristóteles entre sus discípulos en el Liceo.
A diferencia del diálogo…:
-          El tratado concibe el ejercicio racional como un monólogo, de manera que la verdad no estriba en el acuerdo, sino en la coherencia, en que los argumentos estén sólidamente vinculados entre sí.
-          El tratado se desprende prácticamente de elementos y recursos ajenos a la pura racionalidad para centrar el discurso en la precisión conceptual, constituyendo la forma de expresión literaria más sobria de la filosofía.
Así, ciertamente, la maravillosa fluidez del estilo, la claridad y exactitud del pensamiento expresado, la fina y ágil exposición así como la riqueza y la precisión de los términos empleados hacen del tratado aristotélico “modelo de prosa científica”, en perfecta sintonía con las preocupaciones filosóficas del autor.

SAN AGUSTÍN (“De libero arbitrio”)
Escrito en forma de diálogo.
Lo ya dicho sobre del diálogo filosófico a propósito de su creador Platón vale igualmente para San Agustín. No por casualidad, la filosofía platónica constituye la gran influencia del pensamiento agustiniano, siendo el suyo, además, un ejercicio de la filosofía nada frío y/o logicista, sino cálido y existencial, porque la verdad no procede de algo sino de Alguien (Dios), que nos ama incondicionalmente y nos llama a una relación de confianza como la que se expresa paradigmáticamente mediante este género.

SANTO TOMÁS DE AQUINO (“Suma Teológica”)

Escrita en forma de tratado.

La “Suma Teológica” de Santo Tomás es, sin ninguna duda, el ejemplo más logrado del tratado escolástico, donde se combinan una finalidad didáctica con una enciclopédica. Consiste en una exposición integral, objetiva y ordenada de conocimientos, para lo cual se adopta una estructura deductiva, donde es paradigmática la argumentación silogística. En esta obra (así como el la “Suma contra gentiles”) es de destacar, además, que Santo Tomás exponía su pensamiento de acuerdo con una estructura muy concreta: se planteaba una cuestión, se ofrecían objeciones, luego la opinión avalada por alguna cita de autoridad, a continuación la demostración y se concluía con una respuesta a las objeciones.  

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